martes, 21 de julio de 2015

Frases verdaderas

Frases verdaderas
Por: Andrea López

Han pasado varios meses desde la última vez que pensé en él.  Estoy sentada frente a la portátil con ganas de escribir algo, solo una palabra, o muchas… Miro por la ventana, veo los árboles sin hojas, por un minuto, o dos, o varias horas. La piel desnuda atrae a la brisa fría, el invierno aún hace de las suyas, pero yo apenas llevo algo, apenas cubro mis piernas, y mientras miro me pregunto si alguien me estará mirando.

Si, sé que él está lejos, pero para mí siempre ha estado cerca, un déjà vu, un sentimiento que resurge cada vez que duermo, y sueño, me estremezco, lo miro ahí, lo siento, y me hace querer dormir para siempre, o soñar. A veces le cuento, a veces deseo que vuelva a ser como solía, pero no debería hacerlo, quizás deba dejarlo seguir. Me siento una vez más frente a la portátil, leo las pocas palabras que he escrito, las borro, pocas veces me complacen, escribir me hace vulnerable, nunca lo he hecho como se debe.

Cierro los ojos, basta de pensar, basta, me digo. Voy a la cocina, me preparo una taza de café, nunca tomo café, pero hoy lo necesito. Tengo tres días sin dormir, no quiero soñar, no con él. Soñar con él es sentir su respiración, su olor tenue, oír su voz, soñar con él es existir, tener una vida que no me pertenece. Abro la puerta del baño, giro la llave del agua caliente, miro como el vapor recubre las paredes, entro en la tina, me acuesto, cierro los ojos… Y lo veo.

Caminamos juntos. Él está frente a mí, y yo un par de pasos más atrás, me señala el cielo, sonrío, sé cuánto le gustan las estrellas. Abro los ojos, el agua casi se desborda de la tina, no sé por cuanto tiempo dormí. Giro la llave, me visto y me siento frente a la portátil, otra vez. Hemingway decía que para comenzar a escribir algo hace falta redactar una frase verdadera, o varias. Pues vaya que funciona, por lo visto es lo único que sé escribir.

Recuerdo cuando hablamos por primera vez, lo adoré desde el primer momento, o lo amé, ya no sabría explicar lo que sentí, o lo que siento. Me gusta creer que no se debe desistir, ni siquiera ante lo imposible, ante lo que se quiere pero no se puede tener, porque eso es lo que me motiva a crear, a escribir, o intentarlo, a pintar, a bailar cuando estoy a solas, y pensar que algún día lo compartiré con él, aunque quizás sea en otra vida.

jueves, 23 de abril de 2015

Aceptarnos o morir en el intento

Belleza 101

Hace un par de meses, cuando se gestaba la idea que me llevó a escribir este artículo, buscaba en Google investigaciones relacionadas con el hecho de cómo la sociedad en general está obsesionada con la belleza, para mi sorpresa, la mayoría de los resultados evidencian que actualmente tal obsesión tiene su epicentro en Latinoamérica, haciendo gran énfasis Venezuela, región en la que el negocio de la belleza es el sector más lucrativo del país (cirugía plástica, tratamientos estéticos, salones de belleza), sólo por detrás de la industria petrolera.

Sí bien es cierto que los nativos venezolanos estamos familiarizados con ello, son pocos los que nos hemos detenido a analizar el efecto que esto ha tenido en nuestra cultura. Desde que somos chicas nos someten al escrutinio de un “público” que añora la perfección, la imagen idealizada de las tan aclamadas reinas de belleza y la obligación de que todas cumplamos con los estándares físicos que esto conlleva, teniendo que afrontar el hecho de que la imagen representada por la típica Miss Venezuela (creada por el cubano Osmel Sousa, presidente del certamen) no es precisamente la ejemplificación de la típica mujer venezolana. Tal factor ha dejado a su paso generaciones completas de jóvenes inconformes con su apariencia, quienes además de perseguir y/o hacer casi cualquier cosa por adaptarse a ese estándar impuesto, se dedican a criticar o juzgar a todo el resto de las mujeres que no se adapten al mismo. 

De igual manera, en un país donde la mayoría de los habitantes son mestizos o afro-descendientes, es usual que la convivencia entre mujeres sea tan hostil que roce el racismo, y la “apropiación cultural”. Osmel, respaldado por Gustavo Cisneros (responsable de la difusión en los medios), se ha encargado de crear el molde al que son sometidas las candidatas a la corona para acercarse lo más posible al ideal, asimismo ha asegurado en el pasado que el Miss Venezuela no es concurso “natural” y que para ser bella es necesario someterse a cirugías estéticas que lo permitan. Ese estándar, según se analiza en un artículo publicado por el International Business Times, emula atributos físicos asociados a la mujer “blanca” y europea, características con las que por naturaleza las venezolanas no cuentan, causando frustración y baja autoestima.

La internacionalización de los parámetros de belleza venezolanos ha llevado a la aún mayor masificación de la “mujer ideal” latinoamericana, sin embargo, al analizar de manera filosófica lo que es la belleza, inevitablemente nos enfrentamos al hecho de que la “mujer ideal” no existe, pues según el planteamiento subjetivista la belleza de un objeto depende de la apreciación que de este objeto haga el sujeto. Es decir, depende de la valoración que le otorgue quien la aprecie. Por ende, la belleza es una noción abstracta.

Es necesario añadir que la búsqueda de la belleza ideal no es un asunto de la modernidad, pues a lo largo de la historia han existido una gran variedad de métodos, técnicas e inclusive artefactos que prometían alcanzar lo inalcanzable. La verdad es que varios de ellos parecen sacados de una película de terror:


El Beauty Micrometer, desarrollado por Max Factor, se usaba para tomar las dimensiones del rostro de la mujer y detectar hasta las más mínimas imperfecciones, de manera que estas pudiesen ser corregidas con maquillaje.

viernes, 17 de abril de 2015

Saudade

*Cuento corto

Saudade
Por Andrea López

Llovía. Sentí como las gotas se hacían camino lentamente por los rizos de mi cabello hasta bajar por la espalda, quise buscar en la mochila pero recordé que había dejado el paraguas sobre la mesa del departamento, otra vez. Llevaba apenas tres meses en la ciudad, aún no aprendía el idioma, y a veces olvidaba el camino a casa, al igual que consultar el pronóstico del tiempo. Todo aquello me resultaba surreal: miles de autos estancados en el tráfico, cientos de personas chocando violentamente entre sí, pasándose por un lado sin mirarse, o saludarse, o detenerse por un segundo a respirar. En medio de la histeria estaba yo, como era usual, foránea, perdida, sin paraguas, caminando a la deriva por la capital. Giré a la izquierda en la esquina, comencé a sentir el peso del agua acumulada en mi abrigo, añoraba la tranquilidad del pueblo, el aire fresco, el césped, la ausencia de caos, pero no quería volver a ese lugar, ni quería recordar por qué.

El Amanecer del Hombre

*Ensayo

El Amanecer del Hombre
Por Andrea López

Con el inicio de los años ‘60, Rusia y Estados Unidos comenzaron a enviar hombres al espacio exterior. Empezaba la era espacial, la Unión Soviética se mantenía soberana, y el entonces presidente John F. Kennedy pretendía lo que parecía imposible: explorar el universo.

En 1963, luego de «Spartacus», «Lolita» y «Dr. Strangelove», Stanley Kubrick se había labrado una buena reputación, otorgándole la independencia creativa que más tarde caracterizaría 2001: Odisea en el Espacio. Durante los años posteriores, el escritor de ciencia ficción Arthur C. Clarke propondría a Kubrick realizar una película que intentara predecir el futuro de la era espacial, «el espacio es lo bastante grande para que todos tengan un mundo entero» (Clarke, 2001).

La idea de Clarke se convirtió en el primer y principal fundamento teórico de 2001: ¿Qué pasaría si el hombre, tras pretender estar solo en el universo, se encontrase con formas de vida más evolucionadas, o con el rastro de ellas? Hecho que explica James Cameron en el documental para televisión 2001: A Space Odyssey, the making of a myth: «2001 nos recuerda que la idea detrás del espectáculo es aún el efecto especial más importante de todos».


La colección musical de Hitler

*Artículo interpretativo

La colección musical de Hitler
Por Andrea López

Gestalt

Nuestros sentidos nos permiten percibir sólo una pequeña porción del mundo exterior. Nikola Tesla

A finales del siglo XIX, el filósofo austríaco Christian Von Ehrenfels introdujo por primera vez el término Gestalt, en su publicación En las Cualidades de la Forma (1890). Aunque este vocablo no tiene traducción exacta, usualmente se le entiende por “forma” o “figura”. El significado de Gestalt es ilustrado a cabalidad por la máxima de Kurt Koffka el todo es más que la suma de sus partes (la traducción original es el todo es la suma de sus partes).

La mente clasifica los elementos que capta a través de canales sensoriales como la percepción, la memoria o el pensamiento; la clasificación o codificación de los elementos es el todo y su contenido son las partes, sólo al tomar en cuenta a cada uno de los elementos como parte de un todo y no por separado entenderemos realmente el funcionamiento de la mente de un individuo.

Mediante la terapia gestáltica (creada por Fritz Perls, Laura Perls y Paul Goodman en las décadas de los ’40 y los ’50 del siglo XX), la psicología de la Gestalt se ocupa de la organización cognitiva y perceptiva de los estímulos sensoriales. Además, a través del estudio minucioso de la percepción y desenvolvimiento particular de un individuo, la terapia pretende guiar al paciente hacia la autorrealización.

Simon Krzic, the anonymous artist

*Informative article

Simon Krzic, the anonymous artist
By Andrea López

To many, the simple act of taking a picture is a magical experience, it’s to stop time for an instant: to immortalize it, to materialize it, to turn it into a tangible memory. This way so, there are photographers who besides having the skill to make that possible, are capable of reflecting all kinds of feelings and vivid sensations in those images. Undoubtedly, the Slovenian Simon Krzic is one of them.

In 2005, Simon founded the company SimonKr and since then, supported by a team of approximately 20 employees (6 full-time workers and 14 technical assistants), he produces stock audio-visual content. Nowadays, he has managed to create a wide base with more than 22,000 videos and 3,000 pictures available online in the webpages iStock and Getty Images, for which he is also an exclusive contributor.


Simon Krzic, el artista anónimo

*Artículo informativo

Simon Krzic, el artista anónimo
Por: Andrea López

Para muchos, tomar una fotografía es una experiencia mágica, es detener el tiempo por un instante: inmortalizarlo, materializarlo, convertirlo en un recuerdo tangible. Así pues, hay fotógrafos que además de tener la habilidad para hacerlo posible, son capaces de plasmar a través de tales imágenes sentimientos e incluso sensaciones vividas por medio de la cámara. Sin duda, Simon Krzic es uno de ellos.

Nacido en Eslovenia, Simon fundó la empresa SimonKr en el año 2005 y desde entonces, junto con un equipo formado por aproximadamente 20 empleados (6 de tiempo completo y 14 asistentes técnicos), se dedica a producir contenido audiovisual de stock, logrando así tener una amplia base con más de 22,000 videos y 3,000 fotografías online en las webs iStock y Getty Images, para las cuales además es contribuidor exclusivo.